Ermitaño (pero cómodo)
lunes, 18 de julio de 2011
Los cactus
Ya era un cactus
y me regalaste otro.
Te pinchaba con mi barba tupida
Piel seca, sin lágrimas llovidas
me aislaba en arenas movedizas
y me sentí reflejado.
Una utopía que se secara.
Pero te fuiste
me fui...
y se secó.
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