martes, 19 de junio de 2012

Jorgito ya viene

Jorgito huía desprovisto de estropajos, un diario en la mano y un cigarro en los labios.
Iba desplazándose sobre el pavimento como una ráfaga galopante desafiando la cronología de su cuerpo.
No sentía razón para estar quieto pues nadie lo empujaba para adelante, era todo pulmón errante de su condición de caminante. Iba porque quería, y en la sombra se detenía. No buscaba el sol porque éste lo seguía, se paraba en mitad de calle y hasta la esquina, iba y venía, iba y venía.
El quiosquero lo miraba con curiosidad felina y no advertía que es lo que tenía entre sus manos (aparte del diario y su ayer). Todo transcurría con normalidad, en las calles el tranvía le hacía de puente a las hormigas mas bonachonas y valientes del reino terrestre.
Y Jorgito seguía yendo a un lugar incierto entre un laberinto de mentes pensando en voz alta y con las luces prendidas, y el desprovisto de estropajos, un diario en la mano y un cigarrillo apagado.
A veces cree que fue un momento de impulso a chorro derivado de la rutina asfixiante de su vida, un escape del alma encerrada en un cuerpo aferrado a las costumbres de otros tiempos, a tenerle paciencia a la suerte y ansiedad al accidente.
De repente se estrombola contra una canción, se lastima las coberturas de piel de algodón de Civé, se atolondra los nervios con que mordió esta ventana al corazón. Ve pero no ve, en realidad escucha.
Un tambor le patea los pies y lo hace volar.
-La radio, es la radio!
Volvió a funcionar y el diariero llora y bambulla sandavinas entorno a su mantra de ocaso gastado.
Esa esquina es un limbo a un pretérito en desuso para su contigüidad. No hay paralelismo en un plexo anexado al sofá mas recto a la tele vacía del hoy, a la cajita boba sin control que atormenta la razón.
Choca.
Se repone y sus ojos emiten destellos, sabe donde está.
Sabe porque, y sabe por cuanto tiempo.
Salió a caminar con el pasado, y se encontró con su presente a la vuelta de la esquina.
Jorgito somos todos.


- dedicado a los mejores recuerdos de J. Campastri (deambulando por constitución) -

2 comentarios:

cincominutos dijo...

Hey, hermoso, me encanta. Jorgito me hace acordar a Lucas, a ese tal Lucas tan Jorgito.
Me gusta, me lo guardo.
Gggggga.

Amor primario dijo...

tan jorge me siento hoy que me asusta. Aunque es un post que suena esperanzador. Mejor me llevo lo segundo. Un abrazo le dejo.